- Se dice, no sin razón, que en verano Gualeguaychú es carnaval. Sin embargo, la vida cultural y artística de la ciudad, en todas sus expresiones, no se detiene en vacaciones. ¿Es así?
Olga Lonardi:- Sin dudas. Gualeguaychú es una ciudad apasionadamente cultural; con una vida intensa en este sentido. Y es verdad lo dicho sobre el carnaval y el verano. Pero no hay que perder de vista que allí se despliega también al arte de la ciudad. Conocer a los directores de las comparsas, que son muy jóvenes, permite entender esto. Me acuerdo haber mantenido largas charlas sobre arte con uno de ellos, Adrián Buteri. Sinceramente admiro mucho el trabajo que hacen estos directores.
- ¿Cómo es Gualeguaychú culturalmente en esta época del año?
- En otras ciudades de la provincia suele aparecer un evento o festividad que monopoliza la escena, pero nosotros tenemos la particularidad de tener cultura todo el año, y en verano es más intenso aún. Llegó un momento en que la oferta los fines de semana era tanta, que los distintos grupos empezaron a programas sus actividades los lunes, martes o miércoles. Esto nos indica que una parte importante de la comunidad local consume arte. Es decir, hay una necesidad espiritual por disfrutar de las propuestas generadas localmente. En el verano se suma el turismo, que demanda ante nuestras oficinas de cultura o turismo este tipo de ofertas.
- Es decir, hay un público turístico que está ávido de cultura…
- Eso creo. Además, Gualeguaychú exhibe variedad de expresiones. Un fenómeno que se ha dado en los últimos años es que los grupos culturales están cada vez más organizados. Trabajan durante todo el año en forma sostenida. No es casual que Gualeguaychú tenga una vida cultural intensa. Y esto desde hace quizá 25 o 30 años. En mi caso personal tuve la suerte de llegar aquí e integrarme inmediatamente a 3 o 4 grupos de arte, en forma espontánea. Esta vitalidad se ve por ejemplo en teatro, en peñas folclóricas, en tango, en los grupos musicales. Jóvenes y adultos están comprometidos con el arte. En el caso de los primeros, para mí se trata de algo muy alentador. Es interesante, por ejemplo, ver a grupos de universitarios que estudian afuera, en La Plata, Capital o Rosario, y que vuelcan su experiencia en Gualeguaychú. Tienen la necesidad de volver a su ciudad para volcar sus talentos y compartir su arte con su gente. El otro día, en una playa local, algunos de ellos hicieron una fusión muy bella de poesía, danza y fuego. Además hay chicos que estudian teatro y vuelven, y se vieron esa noche. Después están los jovencitos que la semana pasada presentaron la revista “En tinta y hueso”. Me gustó su actitud, porque llegaron a Cultura con la revista ya armada. Es decir, se gestionaron todo.
Artistas que se autogestionan
- ¿Eso es muy importante?
- A mí es lo que más me gusta. Y refleja un capital de los artistas de Gualeguaychú: la capacidad de autogestión. Algo que nosotros hemos venido haciendo. Yo vengo del palo del arte y sé lo que es autogestionar, remar y pedir. Por eso los artistas necesitan ser comprendidos y apoyados en sus proyectos. Los chicos de los que hablo tienen 19 años, cuando llegaron a Cultura con su emprendimiento, venían a pedir un acompañamiento. Yo me enamoro de lo que hacen. Pienso en las ilusiones que tienen, en el esfuerzo que pusieron para armar el boceto, y lo que esta experiencia les va a dejar. Están estudiando en Buenos Aires y La Plata, y volvieron a realizar la revista en Gualeguaychú. Eso es lo que hay que destacar: el espíritu de iniciativa de los grupos de artistas de Gualeguaychú. En ese sentido Cultura siempre está con las puertas abiertas, dispuesta a recepcionar estas inquietudes.
- Además, hacer una revista literaria empalma con la tradición por las letras que tiene esta ciudad…
- A mí me entusiasma mucho ver tantos jóvenes movilizados. En general el artista local está permanentemente proyectando. Es decir, está cargado de sueños. Y a la hora de expresarse lo hace con un profesionalismo digno de destacar. No me gustaría dar nombres, para no cometer injusticias. Pero por ejemplo es notable lo del grupo “Retumbo”, que saben fusionar la danza y la palabra. Entusiasma ver a “Eppur si Muove”, que son tan jóvenes. Después está el grupo de teatro “Cordón Cuneta”…
- Su éxito quizá radique en que expresan un lenguaje que sintoniza con la época. ¿Cómo lo ve?
- Exactamente. Son innovadores, experimentan y encuentran un lenguaje que tiene conexión con el público, que adhiera a esta propuesta. “Eppur” logró posicionar en 2010 una agenda propia, intensa en su espacio cultural. Y hoy por hoy, en el verano, tenemos “San Benito”, otro proyecto privado con propuestas que tienen que ver desde lo teatral, desde la música. (…) En verano a mí me gusta mucho lo que pasa en el teatro. Es excelente por la calidad y la diversidad de la oferta. Todos con precios accesibles. Hay propuestas de entrada libre y gratuita. Como el del grupo “Tablas” con su obra “Carimba. La marca de fuego”, que fui a ver y me parece interesantísima (…) ¿Cómo trabaja Cultural? Nosotros proyectamos las distintas épocas del año. Para el verano dijimos: ‘tiene que haber una gran propuesta para la Costanera y la zona del Puerto’. Porque ese espacio, entre otros motivos, se renovó; las obras se inauguraron allá por octubre. Entonces pensamos qué eventos podían desarrollarse allí. A la vez aparecieron propuestas como la de la Asamblea, con los festivales a cielo abierto. El caso de “Tablas”, que desarrolla su propuesta todos los jueves y domingos de enero y febrero, en la nave 7 de los Galpones del Puerto. ¿Qué hicimos nosotros? Acondicionamos la nave, se acompañó el proyecto, dando apoyo logístico (…) Está también la peña del ballet El Lazo. El trabajo de estos chicos es destacable. Pidieron un lugar, y se les cedió la nave 8. Allí están los sábados con su peña folclórica. A mí me parece muy importante que existan este tipo de peñas en Gualeguaychú (…) También pensamos en el Anfiteatro. Entonces convocamos a un privado para hacer una coproducción con Cultura. Porque queremos que la gente disfrute con una oferta gratuita en este espacio al aire libre, todos los domingos de enero y febrero. Empezamos casi a fines de enero alrededor de una propuesta que esperamos entusiasme al público.
Al turista le interesa el pasado
- Volviendo al turista. ¿Le interesa acaso la historia de Gualeguaychú?
- Muchísimo. Esa respuesta la puede dar la gente que está en los museos en la Azotea de Lapalma y la Casa de Aedo. Es impresionante la cantidad de gente que se acerca, que busca información, que quiere saber de la historia. Así que los museos estuvieron trabajando a pleno. Natalia Derudi, como encargada de los museos, me comentaba el interés real. Además se le suman otros lugares que la gente busca naturalmente para conocer la historia local.
- ¿Qué días funcionan los museos en verano?
- De miércoles a domingo, a la mañana y a la tarde, de acuerdo a un horario especial. Los que quieran acceder pueden consultar en los mismos museos o en la Casa de la Cultura. Estamos trabajando con Natalia Derudi para tener alguna de esas veladas nocturnas tan bellas de “El Museo No Duerme”. Ese es el proyecto.
- Usted ha impulsado desde la gestión, a través de eventos internacionales, la afición al séptimo arte. ¿Hay cine en el verano?
- Sí. Durante todo el invierno mantuvimos un ciclo todos los jueves que fue muy importante, con una concurrencia de público de 60-70 personas. En diciembre suspendimos debido al calor y arrancamos en enero. Ahora tenemos un proyecto en conjunto con la facultad de Bromatología. Ellos nos acercaron unos cortos que están muy interesantes. La gente se ha entusiasmado con el cine. También hay un trabajo detrás, que es ver la película y buscar el mejor material. El contenido es europeo –francés o alemán- y argentino. El cine argentino gusta mucho. Ahora tenemos preparada la película “El Mural”. Es una película que contiene algunas escenas fuertes. Algo que siempre me preocupa, pero también está bueno que se pueda apreciar el séptimo arte en su totalidad.
Lo que late detrás de los corsos barriales
- En febrero están los corsos barriales. ¿Cómo ha sido su experiencia desde la función?
- Cuando ingreso a la gestión muchos me plantearon si iba a hacer hincapié en esto, yo, que venía de la literatura. De entrada me preocupé por entender, por comprender otras expresiones. El mayor desafío para mí eran los corsos populares. Hasta que me enamoré de ellos. Creo que ahí se visualiza una trama social preciosa. Es algo auténtico. Hay que estar con ellos, con los directores de murgas y conjuntos, y ven cómo defienden esta fiesta, su identidad. Tuvimos la oportunidad de trabajar a lo largo del 2010, a propósito del nuevo reglamento. Y allí ellos mismos eran rigurosos a la hora de establecer las condiciones con respecto a la actuación de los grupos en el circuito. Así que creo que en ese sentido estamos tranquilos. Se han incorporado algunas cosas nuevas.
- El circuito ha suscitado alguna controversia. ¿Cómo se zanjó este año?
- Siempre es complicado (…) Entiendo la posición del vecino que por ahí reclama. La queja es que durante los viernes está como entrampado, porque el corso está frente a su casa. También se dan otro tipo de situaciones. Ahora el lugar no tiene prácticamente vecinos. Comprende desde España. La previa sería en Maestra Piccini, frente a la entrada del corsódromo. Y luego el desfile toma una curva por Avenida Parque hasta Montevideo. Es decir, no hay vecinos que se incomoden y creo que esto ha sido un gran acierto (…) El corso barrial connota muchas cosas desde que, por ejemplo, el importe de las entradas que se venden van para alguna institución de los mismos barrios. Ahí hay un sentido solidario. Después, por ejemplo, las sillas las tienen las instituciones. Las cantinas, a cargo de los directores de murgas, de conjuntos carnavalescos. Es decir, hay todo un trabajo social muy fuerte detrás de esto (…) El año pasado nos quedó prácticamente chico el circuito. Estamos muy tranquilos porque hay un sector donde se juega con espuma y otro sector que prefiere ver tranquilo el corso (…) Hay viejos murgueros que se suman ahora, después de años de no haber salido en los corsos, como “Los Vacantes” o “Los Picaflores del Norte” (…) En los últimos años se ha notado un gran deseo de participar. Nosotros hemos tratado de cuidar mucho la fiesta y cada año tratamos de mejorar. Eso supone hacer una autocrítica constante.
- A usted se la suele ver mucho en los eventos culturales. ¿Cree que como funcionaria del área eso es importante?
- Dado mi rol como directora me parece que es vital acompañar los proyectos de la comunidad, no sólo desde el plano económico o logístico, sino desde el emocional y afectivo. Por otro lado, yo consumo arte todo el tiempo. Si no es acá, es en otro lado. Eso significa que disfruto cada vez que asisto a un hecho artístico, sea una obra de arte, una muestra, una propuesta musical, etc.
“El Teatro es Teatro”
- Gualeguaychú probablemente pegue un salto cultural el día que se reabra el teatro. ¿Cuál será su modalidad de gestión? ¿Qué se está pensando?
- Esa pregunta es muy importante. El año pasado a Cultura nos llegó el proyecto de ordenanza y lo interesante es la polifonía de voces que existe. Se presentó un proyecto de la mesa de la CTA, otro de la carrera de Profesorado de Teatro, otro de Planeamiento. Así que nosotros subrayamos, estudiamos, cotejamos. Prácticamente coinciden en todos los puntos, en todas las propuestas que se hacen. Creo que si, que después tiene que venir un gran debate.
- Imaginamos que deben existir distintos enfoques sobre lo que hay que hacer con el teatro. ¿Es así?
- Exactamente. Creo que todos coincidimos que vamos a tener uno de los mejores teatros que hay en la provincia. Algo de lo cual nos vamos a sentir muy orgullosos. Ahora bien, debe existir también un proyecto de política cultural fuerte, sostenido, definido, que en principio delineará la ordenanza. Ahí se va a definir la gestión del teatro. Todos pensamos que hay que establecer una estrategia de acá a 50 años. Es decir, tenemos una responsabilidad muy fuerte.
- La directora de Cultura debe tener una opinión sobre lo que hay que hacer. ¿Cuál es?
- Es un poco la impronta que uno ha querido darle a la gestión. Una política atenta a lo local, la diversidad, la inclusión. A la participación de todos. Pero siempre atentos a que el Teatro es Teatro. Y que tiene que funcionar como tal. Siempre con actividades relacionadas con él. Por ejemplo, si tengo un teatro callejero que utiliza fuego o algo parecido, es algo inviable. Hay cosas que son claves en este sentido.
- Es decir, usted no piensa en un enclave multiuso, sino en un espacio reservado a las expresiones artísticas.
- Así es. Y a la vez un espacio donde esté presente lo local, lo diverso y lo inclusivo. No debe ser un lugar elitista reservado sólo a las grandes obras de teatro. Creo que tiene que estar esa obra de teatro gestada en Gualeguaychú. También el gran actor que viene a dejarnos su actuación (…) Al mismo tiempo creo que tiene que haber un gran trabajo de concientización en el público que va a usar el teatro. Tenemos ahora las butacas de pana. Cuando uno las ve azules, tan bellas, piensa cómo vamos a cuidar esto. Estas cosas parecen triviales, pero no lo son. Es un espacio que tenemos que cuidar entre todos. Penemos en la restauración que se está haciendo, que es muy cara (…) Hay una lógica expectativa en torno al teatro. Creo que el día que se inaugure va a ser algo memorable.
- ¿Cómo se administrará el Teatro?
- Habrá un director administrativo y un director artístico. También un consejo asesor. Tendrá carácter autárquico, aunque se moverá bajo la órbita de Cultura municipal.
- ¿Alguna novedad de gestión para este año que recién se inicia?
- Vamos a convocar a los artistas a una reunión para el mes de abril. Quiero conocer qué opinan, qué están viendo ellos en torno a la cultura de Gualeguaychú. Esto ayuda a visualizar debilidades y fortalezas. Este es uno de los proyectos que tenemos para comenzar el año.
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